miércoles, 21 de abril de 2010

DIOS HA MUERTO

En un bosque con olor a amoniaco
Iba un hombre delgado y desnudo cabalgando
¡Sigan a ese caballo! gritó el dueño de la pepsi corporation
Mientras el joven hombre sudoroso
Retornaba en su camino.
¡No soy Dios! Estrepitosamente le dijo a la pequeña legión,
Que le perseguía desde hace ya dos días.
Sus testículos se frotaban fuertemente sobre la espalda
Del negro corcel llamado pisticelo,
Pero los hombres no creyeron en él,
Sus abdominales sucios, calcinados por el calor del bosque ardiente,
Se contrajeron fuertemente y Jesucristo siguió su marcha,
Las velocidades increíbles con las que el hombre
Se atreve a retar al tiempo, se vieron expuestas en un intento
Desesperado de huir de un lugar poco agradable.
El joven cuyo nombre ya se sabe llegó a un pequeño lago
En donde bajóse del animal para verter su dañado cuerpo en agua.
La gloria de la madre naturaleza ayudó al condenado,
Mientras los fuertes legionarios apasionados,
Observaron el bonito cuerpo de su semejante.
¡Dios debe morir!, exclamó el propietario de tan respetada empresa,
Pero es tan hermoso ¿Cómo poder matarlo?, dijo el atractivo Roberto,
La cuestión no le gustó nada al dios terrenal y tiró de su revolver
Contra Jesucristo.
El agua se tornó roja como el lipstick de madonna
Y la humanidad entera entendió el mensaje del salvador.

José Luis Muñoa 20-04-2010

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