jueves, 7 de abril de 2011

CUEVA, CHENALHÓ CHIAPAS

RUMORES

Me dispuse a bajar por aquel barranco
la carretera se miraba cada vez más lejos,
abajo, abajo y abajo, por dos horas caminando,
entre piedras, árboles y cafetales hacia abajo.
Al unísono del agua una marometa y caigo al suelo,
la selva no es para mí, camino aún más abajo
encuentro rocas verdes, del tamaño de una casa,
agua que fluye entre ellas con torrentes indefinibles,
lianas estilo tarzan, y miro arriba, y me doy cuenta
que estoy en un ollo de roca y que no sé como haré para subir,
pero el agua, los árboles, la calma de ser los únicos,
a millas a la redonda, hizo que se me olvidara que vendría después,
Ahora en un rincon se precipita la obra mágica,
en donde el río se transforma en cueva y la cueva en abismo.
¿Qué palabras tiene un kaxlan como yo para platicar esto?
vida silvestre, sin caminos ni sendas, tomar del río comer de las hierbas,
nombrar los animales y que asistan contigo a la unión con lo más grande,
lo más sagrado que tiene esta tierra, el espíritu de su naturaleza,
Y así horas después voy llegando a un camino, empiezo a mirar campesinos,
gente del color de la tierra, hijos del maíz,
que saludan y rien al verme sucio y cansado,
y ellos! que todos los días caminan por parajes similares,
guardan silencio de la riqueza de la tierra, pues la atesoran de nuestra codicia.