viernes, 22 de febrero de 2013

Pequeño humano universal


Te presto mis pies para que andes por los caminos que sigo diario,
te obsequio mis ojos para que veas los colores de lo que me rodea,
toma mi tacto y disfruta las texturas que me pone cerca la vida,
mi gusto para que degustes lo que como,
no busco que seas como yo, pero darte tiempo,
tiempo para que andes a la par los rumbos del otro,
a ser como el otro, eso es para mí comprensión y respeto.

Disfraces



Me encuentro, consternado, confundido,
distante entre mares de espejismos y disparidades, dico trico politomía de la vida humana,
un revoltijo de esferas embriagadas que se chocan entre sí de una manera no placentera,
sufro agonía, pánico, inexplicables tumultos de sensaciones ásperas que responden a un juego de palabras bastante comunes y utilizadas en la INSTITUCIÓN SOCIAL.

Recuerdos y memorias, amoníaco de los espectros que se cubren de azul, verde, negro por todos lados, a jugar de caballeros de aquello que no tienen noción alguna siquiera de conocer,
verdades no absolutas que caen y caen y caen y como fantasmas desaparecen de repente en un abrir y cerrar de ojos.

Solicito guardianes de esperanza, color de plantas silvestres que abrazan el paso del ser vivo por la tierra, guardando lo sagrado, la vida íntegra del ser.
No sorpresas desagradables anímicas de razón y valentía.
No escuadrones de abstracciones humanas confundidas, coludidas por neologismos rebuscados,
rupestre, claro, consiente será lo que de acá en adelante se presente sin disfraz, sin pancho.

martes, 5 de febrero de 2013

TORRENCIAL


Libérame, paso por caminos difíciles, una discusión ya bastante trillada que se encamina velozmente a la cascada de ¿Qué quiero hacer? ¿Qué debo hacer?, espero la respuesta al tiempo que me precipito a bajar torrencialmente hasta el punto en que contra las piedras me desmembre en miles de pequeñas moléculas agitadas, todas convergiendo en un gran río que en kilómetros se vuelve amplio y tranquilo, sereno que cruza bajo enormes árboles que apuntan al cielo, el techo infinito de lo que siento.

Autónomo - Boca Floja