Libérame, paso por caminos difíciles, una discusión ya bastante trillada que se encamina velozmente a la cascada de ¿Qué quiero hacer? ¿Qué debo hacer?, espero la respuesta al tiempo que me precipito a bajar torrencialmente hasta el punto en que contra las piedras me desmembre en miles de pequeñas moléculas agitadas, todas convergiendo en un gran río que en kilómetros se vuelve amplio y tranquilo, sereno que cruza bajo enormes árboles que apuntan al cielo, el techo infinito de lo que siento.
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