miércoles, 14 de noviembre de 2012

Paulo y El Cinema



Estaba parado frente a las taquillas del cinema, buscando una película que lo enajenara aunque sea unas horas de la realidad, con las manos dentro de los bolsillos de sus jeans azul claro, algo tallados y con aberturas rebeldes a la altura de su rodilla izquierda. El se llamaba Paulo, tenía 17 años y unos meses, su color de piel muy claro pero su cabello y bello corporal bastante oscuros, era un chico muy bien parecido, no de esos que pasan caminando y a nadie importa, Paulo un chico que causa sorpresa y atenciones. 

Nuestro amigo sólo se encontraba ahí porque era necesario, no es de las personas que están solas a lo largo de su día, pero él bastante pendiente de su vida privada se daba espacios para disfrutar de él mismo.

Una vez que Paulo sintió que empezó a llover, se dirigió con el muchacho de los boletos, un moreno de cuerpo mozo mexicano con un gafete que lo denominaba Raúl, preguntó la película y función que prefería el semejante cliente y Paulo respondió -mundo paralelo 22:30-.

Salió nuestro protagonista a fumar un cigarrillo de relleno verde al estacionamiento del cinema en los 20 minutos que faltaban para el inicio del paralelo filme, terminó con los ojos blancos y una sonrisa misteriosa pero bastante atractiva, así se dirigió a la sala correspondiente y Raúl notó el fuerte olor a marihuana al pasar caminando junto a Paulo a la hora de entregar su corte de caja.

Pasaron casi 50 minutos de la película y Paulo moría de sueño debido a los efectos de la hierba, pero una presencia ajena, de playera azul y gafete dorado interrumpió ese sueño.
¿Qué pasaría si el chico que se acababa de sentar a 3 butacas le hablara? No pasó ni un minuto y el chico cuyo nombre todos sospechamos tomó del brazo a Paulo y le dijo - ¿Te molesta si me siento al lado tuyo?- despabilándose del ensueño Paulo con una pícara sonrisa, un leve movimiento de hombros y cabeza dijo que no.

Sin palabras, con la sola gesticulación y movimiento corporal como medio de comunicación ambos mantuvieron una conversación tan alternativa como la película que se exponía en la sala del cinema, pasaron otros 50 minutos  así como el sueño se le fue quitando a Paulo, la pelí iba llegando a su fin, en este momento eran casi la 1 de la mañana y dos jóvenes de peculiar belleza como la que sólo la juventud dota estaban sonriéndose en un espacio oscuro y cerrado.

¿Cómo una cosa lleva a la otra? Era una mañana fresca con el sol asomándose entre los eucaliptos que cubrían la ventana de la habitación de Raúl, que el buen gusto del chico había hecho un confortable estudio con espacio para cocinar, relajarse, vivir y convivir, el color azul plumbago de la pared en la que se encontraba la cabecera de la cama junto a 3 rayos solares que se reflejaban en ella dejaban ver la edad de Paulo, su cabello incontrolable rizado -colocho- como dirían en su ciudad de origen se movía ágilmente junto con su boca, cuello y cuerpo, amanecer entre las piernas de tu amante, que un muchacho de 17 años te despierte con placer debajo de tu ombligo.

Raúl sirvió dos tazas de café y tomó pan tostado y mermelada, tenía que ir a la universidad y Paulo a casa de sus padres.

FIN

JLMH

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